Los celtas en la Galia: cultura, religión y conquista romana
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Los celtas en la Galia
Los primeros asentamientos
Los celtas invadieron la Galia hacia el 450 a. C. Al llegar a la región de Champagne, encontraron un territorio con una densidad de población baja. A pesar de ello, estos pueblos provenientes del este se establecieron firmemente en la zona. Se puede apreciar un hiato entre el primer y segundo período de la Edad de Hierro.
La Tène, nombre por el que se conoce al segundo período de la Edad de Hierro (mediados del siglo V a. C. hasta el inicio de la era cristiana), se subdivide en tres fases:
- La Tène I, de 450 a 300 a. C.
- La Tène II, de 300 a 100 a. C.
- La Tène III, de 100 a. C. al inicio de la era cristiana.
Se conoce poco sobre los habitantes de este período. En los primeros años, habitaban en cabañas, pero en el último período se tiene constancia de aglomeraciones y ciudades. Gracias a estos hallazgos, se sabe que antes de la conquista romana, estos asentamientos estaban bien protegidos por una gruesa muralla llamada murus gallicus. Además de esta influencia romana, se manifiesta una influencia griega que se puede observar en la construcción con piedras y en la existencia de torres.
Armamento y cultura funeraria
Para abordar la conquista de la Galia, era necesario que los invasores contaran con un buen armamento. Como objetos defensivos, se pueden citar el casco y el escudo, siempre ornamentados y decorados con diferentes diseños y materiales como el bronce o el hierro. En cuanto a las armas ofensivas, destacan la espada, el puñal, las lanzas y los jabalinos.
La cultura gala es conocida, entre otras cosas, por el contenido de sus sepulturas, en las que se han encontrado numerosos objetos personales como ofrenda al difunto. Las tumbas «a carro» son construcciones singulares, con la forma de un carro de combate, donde el difunto era depositado con sus armas y joyas. Según la literatura, los galos, en la época de la conquista, utilizaban estos carros ricamente ornamentados para combatir. En ocasiones, estas tumbas y su contenido nos revelan la clase social del difunto e incluso si era hombre o mujer.
Arte y religión
En cuanto al arte, los celtas introdujeron en la Galia un estilo artístico singular en el que predominan las líneas curvas y los animales. Las armas están ricamente ornamentadas, al igual que las joyas, pero este arte varía según el lugar y la época. Es en la creación de monedas y en la escultura donde se aprecian mejor los rasgos del arte galo: la tradición grecorromana como base, la diversidad y la imaginación son los elementos que lo caracterizan.
En el plano religioso, la Madre Tierra era un elemento de culto central para los galos. Por ello, es común encontrar referencias a árboles, fuentes y menhires en sus escritos. Esta deidad femenina estaba acompañada de una divinidad masculina cuyos atributos eran un hacha y un mazo.
Debido a la influencia de las divinidades grecorromanas y a la diversidad de las regiones (cada dios tenía características propias según la zona), resulta complicado determinar un número concreto de divinidades y atribuirles características fijas. No obstante, se puede destacar la tríada formada por Esus, Teutates y Taranis. También se conocen otras divinidades, como Cernunnos, Tarvos Trigaranus o Smertrios, a veces asimilado a Hércules. Todos estos «dioses» tenían lugares destinados a las ofrendas humanas y a las prácticas religiosas, como árboles sagrados, rocas o santuarios.
Los druidas
La figura del druida era muy importante en la cultura religiosa gala. Normalmente se le describe como un hombre anciano con una túnica blanca. Estos personajes eran conocidos por sus remedios médicos, su conocimiento de las plantas y sus virtudes curativas. También ejercían como educadores y árbitros en caso de conflicto entre pueblos. Un druida famoso de la cultura francesa es Panoramix, quien en los cómics de Astérix y Obélix es el inventor de pociones de todo tipo y el depositario de la sabiduría gala.
Organización social y política
En cuanto a la organización social, el vergobret, magistrado supremo elegido por nobles y druidas, era la máxima autoridad en la ciudad. Existía una aristocracia formada por nobles y druidas, de entre los cuales se elegían los magistrados y capitanes de guerra. La clientela de estos líderes estaba formada por hombres libres, y la última clase social estaba compuesta por esclavos.
Respecto a la organización política, según algunos estudiosos, el poder era ejercido por un jefe de origen arverno, aunque esto es solo una hipótesis. Esta pretensión hegemónica fue desafiada más tarde por Roma y, posteriormente, el poder político fue recuperado por las grandes familias celtas. Tras la desaparición de la monarquía, el poder religioso de los reyes pasó a la clase de los druidas.
Los pueblos de la Galia
Estudios recientes sugieren que, en el momento de la conquista, la Galia estaba habitada por unos 15 millones de personas y se dividía en Aquitania, Celtica, Bélgica y la Provincia, conquistada en el año 121 a. C. por los romanos.
- La Provincia se extendía desde los Pirineos hasta los Alpes y presentaba afinidades con Italia. Esta región estuvo dominada por los griegos, quienes fundaron una colonia llamada Massalia. Los pueblos principales de la Narbonense eran los voconcios, los tricastinos y los volcas.
- La Aquitania se extendía al sur y al oeste del Garona y sus pueblos se asemejaban más al tipo ibérico que al galo. Los más conocidos eran los convenos del Comminges, los auscos y los tarbelos.
- La Celtica era la región más extensa y en ella se encontraban los pueblos más poderosos. Algunos de estos pueblos eran: en el centro, los bituriges, con su gran ciudad Avaricum; al norte, los parisios, los carnutes o los lingones, que eran los más poderosos de toda la Galia.
- La Bélgica sobrepasaba el territorio de la actual Francia. El Rin servía de frontera entre los celtas y los germanos. Entre sus pueblos, se pueden mencionar a los veliocasses, en la orilla derecha del bajo Sena, o a los ambianos.
A pesar de la diversidad de pueblos, existía una gran unidad cultural entre ellos, como se puede observar en la joyería y el armamento. Cada ciudad tenía sus particularidades, pero en general eran muy similares entre sí.
Costumbres y economía
Antes de la conquista, los habitantes galos eran hábiles artesanos y agricultores. Conocían bien la charcería (especializados en cerdos y jabalíes), los productos lácteos y, sobre todo, el vino. La caza y la pesca eran dos actividades fundamentales en su dieta.
En el ámbito industrial, los galos destacaron por la invención del tonel, que les permitió crear ánforas y jarras. Además, gracias a los yacimientos metalíferos, la Galia era rica en materiales como el oro, el cobre, el plomo o el hierro, con los que fabricaban espadas de excelente calidad.
Legado celta
Como vestigios del paso de los celtas por la Galia, cabe destacar la creación de sufijos como -dunum, -durum o -acus. También se encuentran palabras de origen galo como charrue, sillon, chêne, ruche, saumon, alouette, galet, lande, brasser y brasserie. Finalmente, la palatalización de la /u/ en /ü/ es otro rasgo heredado del galo.
La Guerra de las Galias
Entre el 58 y el 51 a. C., tuvo lugar la Guerra de las Galias, en la que Julio César intentó someter a los galos. Los romanos conquistaron la Galia, pero no destruyeron su civilización original. Tras seis años de conflicto, la guerra terminó con la batalla de Alesia.