Au revoir les enfants: Una mirada a la ocupación alemana

Un drama francés de Louis Malle, sobrecogedor y conmovedor, que adopta un punto de vista original y pertinente para evocar la ocupación alemana. Una amistad y una infancia que el director trata con tanta justicia, sinceridad y realismo que es toda la sociedad francesa la que se ve retratada. Una película hermosa, realzada por la calidad interpretativa de los jóvenes actores. ¡Una obra sensible, tierna, inteligente y profunda!

La llegada al internado

Después de Navidad, Julien Quentin y su hermano mayor, François, abandonan París para ir a la escuela San Juan de la Cruz, un internado para hijos de familias adineradas que pueden vivir alejados de los horrores de la guerra y continuar sus estudios.

Aunque no están en primera línea, una alarma los obliga de vez en cuando a refugiarse en el sótano, aunque siempre junto a sus compañeros de clase.

Como Bonnet no deja de hacer amigos, un sacerdote le pide a Julien que intente llevarse bien con él, ya que ejerce una influencia sobre los demás y eso le ayudará.

Un día, Julien se acerca al pupitre de Bonnet y toma uno de sus cuadernos, descubriendo que el verdadero nombre de Jean es Kippelstein, no Bonnet.

Una amistad inesperada

Bonnet y Julien no parecen congeniar demasiado hasta el día en que se pierden jugando a un juego que consiste en encontrar un tesoro, para el cual los alumnos se dividen en dos equipos. Son encontrados por unos oficiales alemanes que los llevan de vuelta a la escuela.

Poco a poco, la amistad de estos dos niños se fortalece hasta el punto de que Julien lo invita a comer con su familia. En esa comida, en la que no hay mucha variedad, deben presenciar una escena grotesca en la que un cliente es obligado a abandonar el restaurante por los alemanes por ser judío.

La traición y la pérdida

Mientras llegan noticias del avance ruso, los soldados alemanes se presentan en la escuela para pedirle al responsable de la Gestapo a Jean Kippelstein.

Una mirada furtiva de Julien a Bonnet alerta al oficial, quien se dirige a él y se lo lleva. Bonnet se despide de sus amigos estrechándoles la mano.

Bonnet, el director de la escuela y otros dos niños son llevados por los alemanes y finalmente mueren en Mathausen.

Poco después, Julien se entera de que Joseph, el ayudante de cocina que tuvo que ser despedido por hacer negocios ilegales con los estudiantes, fue quien los traicionó para vengarse.